lunes, 7 de mayo de 2012

Análisis de la actividad


Para la segunda evidencia, voy a explicar los términos de ocupación, actividad y tarea, los cuales a veces, son utilizados como sinónimos.

OCUPACIÓN, ACTIVIDAD Y TAREA, ¿ ES LO MISMO?

Entiendo que la ocupación, para que sea considerada como tal debe ser propositiva y significativa, es decir, que tenga un propósito, un objetivo y un significado. La ocupación, está ligada a un rol, y cuando se realiza una ocupación, existe un rol que te proporciona una identidad personal. Eres conductora, eres profesora o eres estudiante, por ejemplo, dentro de un contexto específico donde se crean unos hábitos de comportamiento. Ese rol que adoptas en un determinado momento, tiene unas responsabilidades y unas tareas asumidas que es lo que los demás esperan que se haga. Se crean unas expectativas.

En la realización de una ocupación entran en juego, los roles, los hábitos, el significado y las habilidades que uno tiene para realizarla.

Una actividad se puede diferenciar siguiendo una serie de criterios, como por ejemplo, si es una actividad activa o pasiva, si se realiza de forma individual o en grupo, si pertenece a la categoría de autocuidado, de trabajo o de ocio, si está relacionada con una edad determinada o cuál es la más propicia para realizarla, según el nivel de desarrollo, si requiere unas determinadas competencias físicas, mentales, sociales, si son estructuradas o no, o por su componente sociocultural, ya que las actividades reflejan unos valores y unas creencias culturales que marcan las pautas de lo que se debe o no se debe hacer.

En la realización de una actividad entran en juego las habilidades y el significado que se le dé a esa actividad.

Las actividades se pueden desgranar en tareas. Éstas tareas por sí solas, no tienen significado, pero constituyen el medio que nos va a llevar a que cuando se realicen en conjunto y de forma ordenada, se convierta en la actividad con el significado particular que le da una determinada persona y le motiva a realizarla.
En la realización de una tarea lo que entra en juego es la habilidad para realizarla.
Partiendo de esta base y dependiendo del caso que nos encontremos, debemos centrarnos en el análisis de la tarea, en el análisis de la actividad o en el de la ocupación.

ANÁLISIS DE UNA ACTIVIDAD, ¿PARA QUÉ?

El objetivo del análisis de una actividad es identificar si ésta es la más adecuada para una situación determinada y una persona concreta, y para eso, el terapeuta debe saber perfectamente todo sobre dicha actividad, cómo se realiza, qué demandas requiere, dónde se realiza, es decir, un análisis de la actividad en sí misma, con independencia de la persona que la vaya a realizar.
Esa información obtenida, le será de bastante utilidad a la hora de tener que adaptar o graduar la actividad conforme una persona lo necesite a lo largo de su tratamiento.

EL TERAPEUTA, ¿QUÉ DEBE HACER?

El terapeuta, debe aprender y enseñar las tareas individuales que, ejecutadas en la secuencia correcta, forman la actividad completa.
Debe determinar el uso terapéutico de cada tarea en relación con el paciente tratado y sus necesidades.
Debe determinar si esa actividad va a ser viable en todos los aspectos, económicos, materiales, de espacio…
Establecer si el sujeto puede realizar la actividad o no y en qué términos.
Identificar el potencial de la actividad para poder graduarla o adaptarla.
Debe tener en cuenta el tiempo que dura la actividad, el momento en que se realiza, el entorno, los valores sociales y culturales, las precauciones que hay que tener, si está indicada para una edad concreta, si la actividad se relaciona con un sexo determinado…y debe conocer a la perfección las habilidades necesarias para poder desempeñar actividad satisfactoriamente.

ACTIVIDAD COMO MEDIO TERAPÉUTICO, ¿CUÁNDO?

El análisis de la actividad permite al terapeuta ajustar las posibilidades terapéuticas de la misma, a las necesidades del paciente, para que éste pueda conseguir los objetivos marcados en la planificación del tratamiento.
La actividad, para que sea considerada terapéutica, debe tener una serie de características principales:
o   Debe estar dirigida a conseguir un objetivo específico.
o   Debe tener valor para el paciente.
o   Debe involucrar en todo momento al paciente, teniendo en cuenta qué actividades son relevantes para él y lo que desea conseguir.
o   Debe reflejar los roles del paciente, creando unas expectativas que sean realistas.
o   Debe ser una actividad que se ajuste a la edad del paciente.
o   Debe ser tan interesante para el paciente que le motive a continuar con el tratamiento
o   Debe servir para mejorar su calidad de vida.
o   Debe servir para prevenir una disfunción futura.
o   Debe mantener y /o mejorar los niveles funcionales del paciente, ajustándose a sus propias necesidades.

ANÁLISIS CENTRADO EN…

Sujeto: en un análisis centrado en la persona, lo que me interesa son sus motivaciones, sus intereses, sus metas, sus habilidades, sus limitaciones funcionales y el contexto de ejecución.
Para ello, intento saber, si la actividad es significativa para él, si puede llegar a satisfacer sus necesidades y sus intereses, si la ejecución de la actividad le ayuda a alcanzar sus metas, y si el entorno ejerce alguna influencia en la actividad o en su desempeño ocupacional.

Tarea/Actividad: me centro en la realización de la tarea en sí. En cuáles son los requisitos necesarios para la realización de la tarea, qué es lo que debe aprenderse para dominarla, cuáles pueden ser las principales dificultades a la hora de llevarla a cabo, de qué forma se puede utilizar para que sea terapéutica, cuál es su significado cultural…?

Ocupación: me centro en lo que valora el paciente, en cómo se integrará la ocupación en su sistema de valores, si esa ocupación va a contribuir a la consecución de los objetivos marcados, qué roles incluye esa ocupación, si ese rol es adecuado a su edad, si es compatible con otros roles que tenga, si le proporciona unos hábitos, si ese hábito es nuevo y si es compatible con otros hábitos del paciente, si va a mejorar destrezas y habilidades…

TIPOS DE ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD

Hagedorn (1997) distingue siete posibles tipos distintos de análisis de la actividad:
1.    Análisis existencial y de la participación, donde se da importancia a los roles y al significado subjetivo que tiene la actividad.
2.    Análisis de la ejecución, se estudia la capacidad y los problemas que tiene el paciente a la hora de realizar la actividad y el origen de la situación actual.
3.    Análisis ocupacional, se centra en la clasificación de la actividad por parte del paciente y estudiar el contexto de ejecución.
4.    Análisis de la actividad, basado en la descomposición de la actividad en tareas, su grado de complejidad, su estructuración y secuencia, herramientas, materiales y contexto necesario, así como precauciones y normas de protección.
5.    Análisis de la tarea, y su descomposición en operaciones.
6.    Análisis de las habilidades
7.    Análisis aplicado, donde se valoran los intereses del paciente, su adaptación a los cambios en la actividad, la importancia que le da y la familiaridad.

Lamport (1996) considera que la actividad es la base filosófica de la Terapia Ocupacional y que los instrumentos con los que cuenta un terapeuta a la hora de establecer un tratamiento son el análisis y la adaptación de la misma. Se basa en el modelo presentado por la AOTA, donde se contemplan los componentes, áreas y contextos de ejecución. Distingue cuatro tipos de análisis:
1.    Conciencia de la actividad.
2.    Identificación de la acción.
3.    Análisis de la actividad.
4.    Correlación paciente-actividad.
Aspectos que contempla son una breve descripción de la actividad, herramientas o equipo necesario, costes y beneficios de su realización, recursos materiales y espaciales, secuencia de la actividad, tareas y operaciones y tiempo requerido para realizar cada paso, precauciones que se deben tener, contraindicaciones y consideraciones especiales como la edad, la relevancia cultural, el sexo o los requisitos educativos.
Crepeau (1999) establece unos elementos necesarios para analizar una actividad, que son, la forma en que se realiza y el contexto de ejecución, el grado de habilidades necesarias para su ejecución y el significado que tiene la actividad, cultural, social o personal.

Turner (1992) distingue dos modelos para analizar una actividad, el simple y el detallado.
-       Simple: se centra en describir cómo se realiza la actividad, qué se hace, por qué, dónde, cuándo y quién o quienes participan de ella.
-       Detallado: tiene en cuenta factores como el entorno, la motivación, la adecuación al ciclo vital del individuo, sexo y estado de discapacidad, grado de adaptabilidad de la actividad, grado en que se utilizan las destrezas en la vida diaria, costes y beneficios, demandas y requisitos de la actividad (destrezas sensoriales, motoras, cognitivas, perceptivas, emocionales, sociales y culturales), elementos de seguridad y riesgo, tiempo necesario para su realización y si es una actividad que se pueda realizar de manera individual o en grupo.

Sea cual sea la herramienta elegida y el modelo en que se base, debemos analizar las actividades de forma exhaustiva para que mediante la adaptación y la graduación de su complejidad, dependiendo de las características físicas, personales y sociales de nuestro paciente, y de sus propios intereses, consigamos que se implique en la realización de las mismas y logremos desarrollar, mejorar y mantener su desempeño ocupacional y su  integración en el entorno,  lo más independiente posible.


 Bibliografía consultada:

Durante, P., Noya, B., Polonio, B (2003). Conceptos fundamentales de Terapia Ocupacional. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Moruno, P., Romero, D. (2003) Terapia Ocupacional: Teoría y Técnicas. Barcelona: Masson.

Moruno, P., Romero, D. (2010). Actividades de la vida diaria. Barcelona: Masson.


sábado, 5 de mayo de 2012

La Teoría del Flujo


Para mi primera evidencia de aprendizaje de la asignatura de Análisis del Funcionamiento Ocupacional, he elegido hablar de la Teoría del Flujo por su relación con la Terapia Ocupacional.
Una definición de flujo sería, un estado de máxima concentración y atención en el cual se pierde la noción del tiempo y te abstrae del contexto que te rodea.
El desempeño ocupacional sería el resultado de la interacción entre las habilidades, destrezas, entorno en el que se encuentra una persona, y las demandas que una actividad requiere para realizarla. Éstas actividades, son propositivas y significativas para la persona que las realiza.
Entonces si relacionamos ambos conceptos, nos encontramos que realizar actividades significativas favorece el máximo involucramiento de la persona potenciando su desempeño ocupacional.
Mihaly Csikszentmihalyi, está considerado como el investigador más importante del mundo en el campo de la Psicología Positiva. Es el creador de la idea de flujo.
 
¿En qué consiste la Teoría del flujo?
La Teoría del Flujo relaciona la habilidad que tiene una persona para realizar una actividad con el grado de desafío que le supone realizarla. 


 
               
Cuando una persona se encuentra tan involucrada, tan comprometida en la realización de una ocupación, llega a un extremo en que se olvida de todo. Está tan concentrada en lo que está realizando que no es consciente del tiempo que puede llevar haciéndolo, sin importarle o no si tendrá éxito o fracaso. Esa sensación le causará un placer que le hará que quiera repetir la actividad para sentir de nuevo esa sensación, ese estado de flujo.
Cuando somos capaces de afrontar la vida con esa implicación y entusiasmo, logramos tener una personalidad autotélica, (del griego auto (yo) y telos (meta)).
Una actividad autotélica sería aquella actividad que hacemos por sí misma, porque su meta principal es vivirla.
Según Csikszentmihalyim, cualquier actividad física o mental, puede producir un estado de flujo, si se dan unos elementos que son relevantes, es decir, que se pongan en juego una serie de requisitos. Para ello, la actividad a realizar, tiene que ser complicada, tiene que suponer un desafío, tiene que haber un compromiso por parte de la persona, que la actividad tenga unos objetivos claros que le proporcionen un feedback inmediato y que ésta, esté al nivel de sus habilidades, que sus capacidades estén a la altura.
Esto es muy importante porque si los desafíos ocupacionales superan las habilidades de la persona, ésta puede entrar en un estado de ansiedad, al no verse capaz de realizarlo. Por el contrario, si las habilidades de la persona superan a las demandas requeridas por la actividad, la persona se puede aburrir al no existir motivación, un desafío o un reto de realizarla.
Resulta curioso pero el trabajo, es más propicio que el ocio para alcanzar el “estado de flujo”. La clave está en que en el trabajo, tenemos unos objetivos claros de lo que tenemos que hacer, y nos proporciona un feedback inmediato de si lo estamos haciendo bien o mal.
Entrevista de Eduard Punset a Mihaly Csikszentmihalyi, sobre el estado de flujo:

 
El ideal de un Terapeuta Ocupacional es conseguir que una persona sea capaz de implicarse en la realización de una ocupación que sea propositiva y significativa.
El Terapeuta, cuando analiza el funcionamiento de una ocupación, lo hace centrándose en el entorno, en la actividad y en la propia persona, por lo que su objetivo consistirá en intervenir manipulando las condiciones ambientales y de la actividad, para hacer posible un óptimo desempeño ocupacional y con ello, lograr involucrar a la persona en la realización de una determinada actividad, y que esa actividad le pueda producir un estado de flujo.

Csikszentmihaly, M. (1998) Aprender a fluir. Barcelona. Editorial Kairós sexta edición.